Se nos viene fin de año, festejamos Navidad, y la música suele estar presente. No solo ocupa la programación habitual de los canales abiertos de la televisión uruguaya en el camino hacia la medianoche y más allá, sino que también es irradiada por parlantes, equipos de sonido, televisores y demás dispositivos en bailantas familiares, con amigos, vecinos, desconocidos o quien sea, o simplemente como una compañía de fondo entre las comilonas, los brindis y las conversaciones más o menos acaloradas.
Y es también una pieza clave del ánimo festivo que rodea estas fechas de cierre de año (que se puede sentir de verdad o estar algo impuesto por presiones sociales o comerciales). Las canciones navideñas son mucho más prolíficas en aquellas zonas del mundo donde la Navidad es uno de los grandes eventos del cronograma anual por razones culturales o religiosas, como pasa en Estados Unidos, donde los temas festivos son casi un subgénero en si mismo.
Y no estamos hablando de villancicos cantados por coros de niños simpáticos y rubicundos que van casa por casa como se ve en las películas, sino de canciones de estructura pop, de temática navideña. Algunas se han traducido y se escuchan también por esta zona del mundo, desde el clásico Jingle Bells hasta el Feliz Navidad de José Feliciano. Y ni que hablar de ese fenómeno que es All I want for Christmas is you de la cantante estadounidense Mariah Carey, que cada diciembre revive en las listas de hits y que genera periódicos análisis y publicaciones sobre su historia, casi como una tradición festiva más.
Fuente: El Observador